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Un nuevo informe revela que los EE. UU. importan decenas de millones de toneladas de paraquat anualmente de China y el Reino Unido, ambos países que han prohibido el uso del plaguicida debido a preocupaciones por el riesgo a la salud y seguridad. Récords comerciales muestran que las importaciones estadounidenses de paraquat han aumentado esta década, aún cuando más de 70 países alrededor del mundo prohíben su uso. La exposición al paraquat se ha atado al mal de Parkinson, cáncer de la tiroide, daño pulmonar y otras condiciones de salud serias.
“La avaricia corporativa y las regulaciones de plaguicidas débiles de los EE. UU. están impulsando una crisis de salud para los campesinos, agricultores y comunidades rurales. Compañías agroquímicas extranjeras se están lucrando mientras que nuestras comunidades agrícolas esenciales sufren,” dijo Judy Robinson, Directora Ejecutiva de Coming Clean.
Diseñado para matar: ¿Quiénes se lucran del paraquat? fue desarrollado por la Alianza Nacional de Campesinas, Coming Clean y Pesticide Action and Agroecology Network North America (PANNA) para ilustrar los daños a la salud y al clima del paraquat a través de su cadena de distribución. El mapa interactivo acompañante también ilustra cómo se manufactura el paraquat, y traza la cadena de distribución del paraquat de la compañía SinoChem, desde la extracción de combustibles fósiles, a través de las instalaciones tóxicas de manufactura, hasta los puertos y granjas estadounidenses. SinoChem es el conglomerado agroquímico más grande del mundo, propiedad del gobierno de China y un exportador principal de paraquat a los EE. UU.
“Las compañías agroquímicas como Syngenta (ahora SinoChem) han tratado de mercadear el paraquat como una herramienta para la agricultura sustentable ‘sin labranza’ o una manera de mantener el carbono debajo del suelo. Pero el paraquat está literalmente hecho de combustibles fósiles extraídos del suelo,” dijo Margaret Reeves, Científica Principal en PANNA. “Al analizar la cadena de distribución actual de SinoChem, pudimos desacreditar el mito de que el paraquat es bueno para el clima.”
El informe incluye testimonios de campesinos que probablemente fueron expuestos al paraquat en granjas estadounidenses y quienes luego desarrollaron quemazón debilitante de la piel, el mal de Parkinson y daño pulmonar.
“Hasta recientemente, no sabía que mi papá probablemente adquirió el mal de Parkinson por sus años de trabajo en los campos de algodón, donde probablemente se usaba el paraquat,” dijo Mirna, miembro de la Alianza Nacional de Campesinas, cuyo padre era campesino en California y falleció por complicaciones del mal de Parkinson. “El gobierno tiene que reconocer el impacto de usar estos químicos porque afectan el ambiente y la salud de nuestra comunidad.”
“La EPA tuvo la oportunidad concreta de proteger la salud pública y ambiental prohibiendo el paraquat tan pronto como en enero de 2025. En vez, retrasó tomar ninguna acción, a pesar de los muchos estudios e historias documentadas del enlace del paraquat con el mal de Parkinson, linfoma no hodgkiniano, cáncer de la tiroide y otros problemas de salud.” dijo Amy Tamayo, Directora de Política y Defensa en la Alianza Nacional de Campesinas. “Está claro que la agencia no ve la urgencia de prevenir más enfermedades e impactos en los trabajadores más vulnerables a medida que continúan afirmando que no tienen suficientes datos ni tiempo para revisar la evidencia que nuestras comunidades presentan.”
Las políticas comerciales y agrícolas estadounidenses incentivan el uso continuo del paraquat y otros plaguicidas, afirma el informe. Las importaciones de paraquat fueron exentas de grandes tarifas impuestas sobre otros bienes de consumo en abril de 2025. Y los programas del Proyecto de Ley Agrícola Estadounidense desproporcionadamente favorecen las grandes operaciones de monocultivos que dependen del uso de plaguicidas en vez de sistemas de producción pequeños, orgánicos y diversificados.
“Los EE. UU. ciertamente deben prohibir el paraquat,” dijo Mily Treviño-Sauceda, Directora Ejecutiva de la Alianza Nacional de Campesinas, “pero aún más importante, debemos estar incentivando a los agricultores a transicionar a prácticas agroecológicas que mantienen a las campesinas, a los trabajadores, a los miembros comunitarios y a la madre tierra más seguros.”
Estudios a largo plazo que comparan los sistemas de cultivo de granos orgánicos y convencionales en Norte América han demostrado que los sistemas orgánicos producen rendimientos similares a largo plazo que los sistemas convencionales, y de hecho, resultaron ser más rentables, mientras que usaban menos energía, desarrollando suelos saludables que capturan el carbono y emiten menos gases de efecto invernadero al ambiente.
“Los agricultores estadounidenses no necesitan depender de importaciones extranjeras de plaguicidas tóxicos para producir alimentos. Evitar los plaguicidas en la agricultura no solo protege la salud rural y los ecosistemas, sino que, de hecho, con el tiempo, será más rentable especialmente considerando los beneficios a largo plazo como el desarrollo de la biodiversidad del suelo,” dijo Allison Davis de PANNA.
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La Alianza Nacional de Campesinas es la primera organización nacional de mujeres campesinas en los EE. UU. creada por campesinas presentes y pasadas, junto con mujeres que provienen de familias campesinas. Nuestra membresía está compuesta por 18 organizaciones de justicia de mujeres campesinas en 20 estados, y estamos comprometidas a avanzar las políticas y prácticas que aborden los desafíos únicos a los que se enfrentan nuestras comunidades, incluyendo asuntos relacionados con la violencia de género, los derechos laborales, la equidad para los inmigrantes y la justicia ambiental.
Coming Clean es una red de salud ambiental sin fines de lucro dedicada a transformar la industria química para que deje de ser una fuente de daño, y a asegurar cambios sistémicos que permitan que una economía química segura con energía limpia florezcan. Nuestras miembros son organizaciones y expertos técnicos — incluyendo activistas de base, líderes comunitarios, científicos, profesionales de la salud, líderes empresariales, abogados y defensores de los campesinos — comprometidos a la colaboración con principios para adelantar un mundo no tóxico, sustentable y justo para todos.
Pesticide Action & Agroecology Network (PAN) North America [La Red de Acción de Plaguicidas y Agroecología (PAN, por sus siglas en inglés) de Norteamérica] trabaja para crear un sistema alimentario justo, saludable y equitativo. Por demasiado tiempo, las corporaciones de plaguicidas y biotécnicas han dictado cómo producimos alimentos, poniendo la carga de salud y económica del uso de plaguicidas en los agricultores, campesinos y comunidades rurales. PAN trabaja con aquellos en las líneas del frente para combatir el problema de los plaguicidas — y reclamar el futuro de los alimentos y la agricultura.